Un equipo de investigación de la Universidad de Viena, dirigido por el químico medicinal Markus Mitenthaler, ha desarrollado una nueva clase de péptidos terapéuticos orales para el tratamiento del dolor abdominal crónico. Esta innovadora innovación ofrece una solución segura y no basada en opioides para afecciones como el síndrome del intestino irritable (SII) y la enfermedad inflamatoria intestinal (EII), que afectan a millones de personas en todo el mundo. Los resultados de la investigación se publicaron recientemente en la edición internacional de la revista. Química aplicada.
Un enfoque innovador para el manejo del dolor.
Los medicamentos que se utilizan actualmente para tratar el dolor abdominal crónico a menudo dependen de opioides. Sin embargo, los opioides pueden provocar efectos secundarios graves como adicción, náuseas y estreñimiento. Además, afectan al sistema nervioso central, provocando muchas veces fatiga y somnolencia, lo que repercute en la calidad de vida de los afectados. El riesgo de adicción es particularmente preocupante y ha contribuido a la actual crisis mundial de opioides. Por lo tanto, existe una necesidad urgente de alternativas que reduzcan estos riesgos.
Este nuevo tratamiento se dirige a los receptores de oxitocina en el intestino. La oxitocina se conoce comúnmente como la “hormona del amor” debido a su papel en los vínculos sociales. Menos conocido es que la oxitocina también puede afectar la percepción del dolor. Cuando la hormona peptídica oxitocina se une a estos receptores, desencadena una señal que reduce las señales de dolor en el intestino. La ventaja de este enfoque es que el efecto es específico del intestino, por lo que el riesgo de efectos secundarios es bajo debido a su acción no sistémica y restringida al intestino.
La oxitocina en sí no se puede tomar por vía oral porque se descompone rápidamente en el estómago. Sin embargo, el equipo del profesor Mitenthaler ha creado con éxito compuestos de oxitocina que son completamente estables en el intestino pero que pueden activar de forma potente y selectiva el receptor de oxitocina. Esto significa que estos péptidos similares a la oxitocina recientemente desarrollados se pueden tomar por vía oral, lo que facilita el tratamiento a los pacientes. Este método es particularmente innovador porque la mayoría de los fármacos peptídicos (como la insulina y los análogos de GLP1) deben inyectarse porque también se degradan rápidamente en el intestino.
“Nuestra investigación destaca el potencial terapéutico de los péptidos específicos del intestino y ofrece una alternativa nueva y más segura a los analgésicos existentes, especialmente para quienes padecen enfermedad inflamatoria intestinal crónica y dolor abdominal”, explica Mattenthaler.
Próximos pasos y perspectivas de futuro
Con el apoyo del Consejo Europeo de Investigación, los científicos están trabajando ahora para poner en práctica los resultados de su investigación. El objetivo es llevar estos nuevos péptidos al mercado como un tratamiento eficaz y seguro para el dolor abdominal crónico. Además, el enfoque general de la terapia con péptidos orales, estables y específicos del intestino puede revolucionar el tratamiento de enfermedades gastrointestinales, ya que el potencial terapéutico de los péptidos en esta área aún no se ha explorado completamente.
El equipo ya ha obtenido una patente para los fármacos desarrollados y ahora está buscando inversores y socios industriales para llevar los fármacos a la clínica.