Un nuevo estudio muestra que el efecto combinado de los llamados “productos químicos permanentes” es más dañino para el medio ambiente que un solo producto químico aislado.
Investigadores de la Universidad de Birmingham investigaron el impacto ambiental de los microplásticos y los PFAS y demostraron que juntos pueden ser muy perjudiciales para la vida acuática.
Los microplásticos son pequeñas partículas de plástico que provienen de botellas de plástico, envases y fibras de ropa. Las PFAS (sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas) son un grupo de sustancias químicas que se utilizan en artículos cotidianos como utensilios de cocina antiadherentes, telas repelentes al agua, espuma contra incendios y muchos productos industriales. Las PFAS y los microplásticos se conocen como “productos químicos permanentes” porque no se descomponen fácilmente y pueden acumularse en el medio ambiente, lo que plantea riesgos potenciales tanto para la vida silvestre como para los humanos.
Tanto los PFAS como los microplásticos pueden transportarse a largas distancias hasta el Ártico a través de sistemas acuáticos. A menudo se lanzan junto con productos de consumo. Sin embargo, sus efectos combinados y las formas en que interactúan con otros compuestos contaminantes en el medio ambiente no se conocen bien.
Para comprender mejor los efectos combinados de estos contaminantes, los investigadores utilizaron Daphnia, comúnmente conocida como pulga de agua. Estas pequeñas criaturas se utilizan a menudo para controlar los niveles de contaminación porque son muy sensibles a los productos químicos, lo que las hace ideales para determinar límites químicos seguros en el medio ambiente.
En este estudio publicado en contaminación ambiental, El equipo comparó dos grupos de pulgas de agua: uno que nunca había estado expuesto a productos químicos y otro que había experimentado contaminación química en el pasado. Este método único fue posible gracias a la capacidad de Daphnia de permanecer inactiva durante largos períodos de tiempo, lo que permitió a los investigadores “revivir” poblaciones antiguas con diferentes historias de contaminación.
Ambos grupos de Dafnia A lo largo de su vida, los microplásticos de forma irregular estuvieron expuestos a una mezcla (que refleja las condiciones naturales) con dos sustancias químicas PFAS en niveles que normalmente se encuentran en los lagos.
El equipo demostró que los PFAS y los microplásticos causan efectos tóxicos más graves que cualquiera de los químicos por separado. El resultado más preocupante fue el retraso en el crecimiento, observado en asociación con un retraso en la madurez sexual y un retraso en el crecimiento. Cuando se mezclaron, la sustancia química hizo que Daphnia arrojara sus huevos y produjera menos descendencia. Estos efectos fueron más graves. Dafnia Históricamente expuestos a contaminantes, lo que los hace menos tolerantes a los productos químicos probados desde siempre.
Es importante destacar que el estudio encontró que los dos químicos combinados causaron más daño: se observaron un 59% de interacciones aditivas y un 41% sinérgicas en importantes rasgos de aptitud física, como la supervivencia, la reproducción y el crecimiento.
La investigadora principal, la profesora Luisa Orsini, enfatizó la importancia de los hallazgos: “Comprender los efectos crónicos y a largo plazo de los compuestos químicos es muy importante, especialmente si se considera que la exposición previa a otros químicos y peligros ambientales afecta a los organismos. Puede debilitar la capacidad de resistir nuevos contaminación química.
“Nuestra investigación allana el camino para futuros estudios sobre cómo las sustancias químicas PFAS afectan la función genética, proporcionando información importante sobre sus efectos biológicos a largo plazo. Estos hallazgos tienen implicaciones no sólo para las especies acuáticas sino también para los humanos. También serán relevantes, destacando la urgencia “Necesitamos un marco regulatorio para abordar la liberación involuntaria de contaminantes al medio ambiente, lo cual es un desafío importante para la protección de nuestros sistemas hídricos”.
El Dr. Muhammad Abdullah, quien codirigió la investigación, dijo: “Los marcos regulatorios actuales se centran en probar la toxicidad de sustancias químicas individuales, principalmente utilizando métodos de exposición aguda (corta). Es importante que investiguemos los efectos combinados de los contaminantes en la vida silvestre a lo largo de su vida”. ciclo de vida para obtener una mejor comprensión de la amenaza que representan estos contaminantes en situaciones de la vida real para avanzar en los esfuerzos de conservación y abordar los contaminantes cada vez emergentes, como los productos químicos, es fundamental para informar las políticas para abordar la creciente amenaza.
Las nuevas herramientas de detección química y biológica, junto con los avances en inteligencia artificial, permiten comprender las complejas interacciones entre las sustancias químicas en el medio ambiente. Revisar los métodos actuales para evaluar la toxicidad ambiental no sólo es posible sino necesario”.