DHoy en día, más de la mitad de la población mundial vive en ciudades, cifra que se espera que aumente a 2.400 millones en 2050. Las ciudades están en el corazón del futuro de la humanidad, pero también sustentan algunos de nuestros mayores desafíos: el cambio climático, la desigualdad social y la fragilidad económica. Las ciudades deben adoptar un desarrollo urbano transformador y sostenible para dar cabida a las crecientes poblaciones urbanas y alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, que promueven la lucha contra el cambio climático.
La rápida expansión de las zonas urbanas ya no es una tendencia: es una crisis. La expansión urbana no planificada, impulsada principalmente por las crecientes necesidades de vivienda y el crecimiento de asentamientos informales que albergan a más de 1.100 millones de personas, exacerba los riesgos climáticos. Los edificios, casas y construcciones representan hasta el 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Como se describe en el informe de ONU-Hábitat Informe de ciudades del mundo 2024Se prevé que más de 2 mil millones de habitantes urbanos experimentarán aumentos significativos de temperatura para 2040, y un tercio de los habitantes urbanos vivirán en áreas con temperaturas medias anuales superiores a 29°C. En las últimas décadas, las áreas verdes de nuestras ciudades, vitales para mitigar el calor y fomentar el bienestar, se han reducido del 19,5% del suelo urbano en 1990 a solo el 13,9% en 2020. Los desastres relacionados con el clima, como inundaciones, ciclones y sequías, han aumentado. Entre 1998 y 2017 ocurrieron el 91% de los grandes desastres. A menudo, los más afectados son las comunidades más vulnerables y las personas que viven en asentamientos informales.
Pero esto no es sólo una cuestión medioambiental. Las ciudades luchan contra profundas divisiones sociales y económicas. El Informe de las Ciudades del Mundo pronostica que las pérdidas económicas anuales debido al aumento de los desastres naturales superarán el billón de dólares a mediados de siglo.
La actual crisis mundial de la vivienda afecta a más de 2.800 millones de personas en todo el mundo. Al mismo tiempo, la inversión en vivienda social ha disminuido y la mayoría de las regiones dedican menos del 0,5% del PIB. El desplazamiento interno, impulsado por conflictos y desastres naturales, añade presión a las necesidades de vivienda existentes. Un informe reciente del Observatorio de Desplazamientos Internos encontró que el número de desplazados internos en África se ha triplicado a 35 millones en los últimos 15 años, y el 60% se ha refugiado en áreas urbanas ya de por sí tensas.
Pero es importante darse cuenta de que las ciudades no son sólo la fuente de los desafíos: también son la solución. Clave para repensar las políticas urbanas, las funciones sociales y ambientales del suelo, la legislación y la financiación, priorizando la vivienda y los servicios básicos como catalizador de la acción climática y el desarrollo sostenible. El vínculo entre viviendas asequibles, ciudades equitativas y bien planificadas y el desarrollo sostenible debería ser obvio.
Primero, es importante optimizar el uso de la tierra para obtener beneficios ambientales, económicos y sociales. Este enfoque de las cuestiones territoriales reducirá las emisiones, mejorará el acceso y desbloqueará el potencial no aprovechado de las zonas urbanas. Incrementar el desarrollo económico local transformando los asentamientos informales e integrándolos al tejido urbano es una tarea importante. GRAMOsur global. Por ejemplo, según la Organización Internacional del Trabajo, el 98,5% de la fuerza laboral de Níger tenía empleo informal en 2021. En la República Democrática del Congo, la cifra fue del 97,5%. La informalidad domina los derechos sobre la tierra y las cuestiones de propiedad. solo 6,6% Los hogares urbanos de Angola están registrados para pagar impuestos a la propiedad. Como resultado, los ingresos provenientes de los impuestos a la propiedad contribuyeron solo con el 0,26% del presupuesto estatal en 2023, según datos del Banco Mundial citados en el anuario de 2024 del Centro para la Financiación de Vivienda Asequible en África.
En segundo lugar, debemos centrarnos en la vivienda y garantizar el uso de materiales de construcción sostenibles mientras desarrollamos los mercados locales. La vivienda y la construcción tienen dos propósitos: crear empleos, estimular la economía y hacer que las viviendas sean más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente. Al incorporar materiales de construcción sostenibles como acero reciclado, bambú y aislamientos energéticamente eficientes, se puede reducir la huella ambiental de las viviendas nuevas y renovadas.
En tercer lugar, los servicios básicos como la energía limpia, el agua, el saneamiento y el transporte deben integrarse perfectamente en la planificación urbana y garantizar una inversión adecuada en infraestructura. Estos servicios son fundamentales no solo para el bienestar de los residentes, sino también para mitigar el cambio climático y adaptarse a él, garantizando que las ciudades sean resilientes y sostenibles para las generaciones futuras.
Los gobiernos locales y regionales están a la vanguardia de estos cambios. Vinculan las aspiraciones globales con la acción sobre el terreno, conectan infraestructura, servicios y personas, y sirven como base de los ODS. Esto incluye trabajar con las comunidades más vulnerables en asentamientos informales y diseñar estrategias que maximicen el uso del entorno construido y al mismo tiempo se alineen con las preferencias y la demografía de los consumidores.
Pero esta casa de los ODS no se puede completar sin un techo. El techo es el techo que mantiene unida la estructura. En África y Asia se está produciendo un rápido crecimiento urbano, y las ciudades de estas regiones deben adaptarse y acoger a poblaciones en crecimiento. Las inversiones en proyectos de vivienda e infraestructura deben verse como una oportunidad para generar la economía y ampliar las bases impositivas y de consumo. Según la Asociación Nacional de Constructores de Viviendas de EE.UU., la construcción de 100 unidades de vivienda asequible crea 161 puestos de trabajo locales sólo en el primer año y genera 11,7 millones de dólares en ingresos locales.
El camino a seguir es claro: esfuerzos concertados que se cruzan en la base de la acción local bajo el paraguas de una vivienda adecuada y objetivos sociales, urbanos y climáticos.
Nuestro principio rector es simple: cuida a las personas y ellas cuidarán el planeta.