Cada enero, millones de personas prometen cambiar sus vidas. Ya sea dejar de fumar, ir al gimnasio o perder peso, los propósitos de Año Nuevo prometen un nuevo comienzo.
Pero llega febrero y las mancuernas empiezan a acumular polvo y es posible que encuentres un paquete de Marlboro en tu chaqueta después de haber tomado demasiadas en el pub.
De hecho, las investigaciones muestran que el 80 por ciento de los británicos renuncian a sus objetivos de Año Nuevo en el segundo mes del año.
Chris Maiden, un destacado terapeuta de trauma y ansiedad en el que confían tanto la realeza como las celebridades, dice que la clave para cumplir con sus objetivos no es la fuerza de voluntad, sino comprender cómo funciona el cerebro.
“La mayoría de las personas intentan forzarse brutalmente a cambiar sus costumbres, pero los hábitos no se forman mediante pura determinación”, explicó.
“Se producen reprogramando los sistemas de recompensa del cerebro y creando nuevas vías neuronales”.
Con décadas de experiencia en el tratamiento de traumas, ansiedad y adicciones, Chris ha ayudado a innumerables personas a liberarse de viejos patrones y crear cambios duraderos. Clínica de doncellas.
Si alguna vez has prometido empezar a hacer jogging o comer más verduras, sólo para dejarlo semanas después, no estás solo.
Chris Maiden (en la foto), un destacado terapeuta de trauma y ansiedad, cree que comprender cómo funciona el cerebro es importante para quienes buscan cumplir sus propósitos de Año Nuevo.
Esto se debe a que la mayoría de las resoluciones se basan en cimientos inestables, dicen los expertos.
“Nos fijamos objetivos poco realistas, asumimos que mágicamente nos mantendremos motivados y luego nos castigamos cuando no alcanzamos los objetivos”, afirmó. “Ese ciclo de vergüenza y fracaso es una receta para el desastre”.
En la raíz de cada resolución fallida hay un cerebro que se resiste al cambio. “Tus hábitos están profundamente arraigados en tu cerebro”, explicó Chris, de Kent.
¿Albricias? Con las técnicas adecuadas, puedes reconfigurar tu cerebro para crear nuevas vías.
Aquí, Pro revela su guía sensata para formar hábitos duraderos y, finalmente, convertir esas resoluciones en realidad…
No confíes en la fuerza de voluntad
La fuerza de voluntad no es suficiente para cumplir tus objetivos, dice Chris, en la foto con Paul McKenna
“La fuerza de voluntad es como una batería: se agota todo el día”, revela Chris. “Cuando estás cansado, estresado o hambriento, no tienes nada más que dar”.
En lugar de confiar en pura determinación, Chris recomienda centrarse en su entorno.
“Prepárate para el éxito eliminando la tentación y haciendo que los buenos hábitos sean fáciles de seguir”, aconseja.
‘Por ejemplo, si intentas comer sano, llena tu refrigerador con verduras precortadas y mantén la comida chatarra fuera de casa.
“Cuanto menos fricción haya, más probabilidades habrá de que uno siga adelante”.
Vaya por pasos alcanzables
Uno de los mayores errores que comete la gente es morder más de lo que puede masticar.
Decir “Perderé cinco kilos” o “Ahorraré 10.000 libras este año” suena motivador pero es abrumador, explica Chris. “El cerebro odia los objetivos grandes e indefinidos”.
Muchas personas prometen dejar de fumar a principios de año, pero cometen un error. Imágenes de archivo utilizadas
En su lugar, divida su resolución en pasos pequeños y manejables.
“Si su objetivo es hacer más ejercicio, comience con sólo cinco minutos al día”, dijo. “Las pequeñas victorias generan impulso y confianza, lo que hace que sea más fácil seguir adelante”.
Utilice la acumulación de hábitos
Una de las formas más sencillas de desarrollar un nuevo hábito es anclarlo a uno existente.
“A tu cerebro ya le gusta la rutina”, dice Chris. —Entonces, ¿por qué no llevarlos a cuestas?
Por ejemplo, si quieres empezar a meditar, hazlo justo después de cepillarte los dientes. O si estás intentando beber más agua, toma un sorbo cada vez que revises tu teléfono.
“Al asociar nuevos hábitos con viejos hábitos, estos se vuelven automáticos muy rápidamente”, añade.
Cambia tu percepción del fracaso
Los errores son inevitables, pero la forma en que respondes a ellos marca la diferencia.
Chris dice: “La mayoría de la gente utiliza un error como prueba de que han fracasado”. “Pero la verdad es que el fracaso es parte del proceso”.
En lugar de tirar la toalla después de perderse un entrenamiento o comerse un trozo de pastel, Chris recomienda practicar la autocompasión.
‘Dígase a sí mismo: “Me equivoqué, pero está bien. Lo intentaré de nuevo mañana”.
‘El objetivo no es la perfección, sino la coherencia. Es importante ser amable contigo mismo, no puedes avergonzarte y formar nuevos hábitos. Nunca funciona.’
Engaña a tu cerebro con recompensas
“A tu cerebro le gustan las recompensas”, explica Chris. “Cada vez que completas una tarea, tu cerebro libera dopamina, la sustancia química que te hace sentir bien”.
Para que la resolución se mantenga, cree un refuerzo positivo.
“Regálate una pequeña recompensa cada vez que alcances un hito”, aconseja. Pero asegúrese de que la recompensa no sabotee sus objetivos.
“Si estás intentando perder peso, no lo celebres con un gran postre; opta por un capricho que no sea comida, como un libro nuevo o un baño relajante”.
La pérdida de peso es otra resolución común de Año Nuevo que a menudo no se cumple. Imágenes de archivo utilizadas
Conozca sus factores desencadenantes
Todo hábito comienza con un desencadenante: una señal que impulsa el comportamiento. Para romper con los malos hábitos, Chris recomienda identificarlos e interrumpirlos.
“Si siempre fumas después de comer, cambia tu rutina”, dijo. “Sal a caminar, masca chicle o haz cualquier cosa que rompa la asociación”.
Para formar buenos hábitos, cree desencadenantes positivos. ‘Configure una alarma diaria para recordarle que debe escribir un diario o preparar su ropa deportiva la noche anterior. Cuanto más fácil parezca el hábito, más probabilidades habrá de que lo adoptes.
Imagina el éxito
Chris confía en el poder de la visualización.
“El cerebro no distingue entre experiencias reales y imaginadas”, explica.
“Visualizarse teniendo éxito, ya sea en una presentación o sintiéndose seguro en el gimnasio, crea vías neuronales que hacen que sea más fácil repetir el comportamiento”.
Dedica unos minutos cada día a visualizarte logrando tus objetivos. ‘Ver, sentir y creer. Este sencillo ejercicio prepara tu cerebro para el éxito.’
Tu identidad ancla la resolución
Según Chris, las resoluciones más poderosas son aquellas ligadas a tus propios sentimientos.
En lugar de decir: “Voy a dejar de fumar”, diga: “No fumo”, alienta. “Cuando un hábito se alinea con tu identidad, se convierte en una parte natural de quién eres”.
Otro truco para cumplir con sus objetivos, ya sea ahorrar dinero o hacer más ejercicio, es contárselos a alguien más. Imágenes de archivo utilizadas
Mantenga el impulso
Chris sugiere que cumplir los propósitos de Año Nuevo a menudo se reduce a la responsabilidad.
“Una de las herramientas más sencillas, pero más eficaces, es compartir tus objetivos con alguien en quien confíes”, explica.
“Cuando sabes que alguien te apoya o comprueba tu progreso, es difícil dejar pasar las cosas”.
Finalmente, enfatiza la necesidad de la autorreflexión. ‘Tómate unos momentos cada semana para preguntarte: ¿Este objetivo todavía me sirve? ¿Estoy disfrutando el viaje? Las resoluciones no tienen que ver con el castigo, sino con el crecimiento”.
Por qué este año podría ser diferente
Para Chris, la clave para un cambio duradero es comprender el cableado del cerebro y trabajar con él, no contra él.
“El cambio no se trata de fuerza de voluntad o motivación”, afirma. “Se trata de crear un sistema que respalde sus objetivos y haga que el éxito sea inevitable”.
Entonces, este enero, olvídese del enfoque de todo o nada. Con estas estrategias respaldadas por la ciencia, 2025 podría finalmente ser el año en el que hagas propósitos duraderos y te conviertas en la mejor versión de ti mismo.
Para obtener más consejos de expertos de Chris Meaden, visite ChrisMeaden.com











