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La propia respuesta de China a la inmigración – New York Times

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En la carrera mundial por el talento, a menudo puede parecer que China va a la par de Estados Unidos. Mientras el presidente Trump recorta la financiación de la investigación para las universidades, China está invirtiendo dinero en la ciencia. el número de académicos de alto perfil que han abandonado Estados Unidos para ir a China; Los estudiantes chinos que alguna vez soñaron con una educación estadounidense ahora eligen quedarse en casa.

Entonces, cuando China introdujo un nuevo tipo de visa para jóvenes trabajadores de ciencia y tecnología, la visa K, al igual que la administración Trump introdujo nuevas tarifas para visas de trabajadores altamente calificados, muchos en todo el mundo lo vieron como otra forma en que China podría estar avanzando en una rivalidad económica que involucra comercio, aranceles y talento.

Entonces vino la respuesta.

La respuesta a la visa K parece haber tomado también por sorpresa al gobierno chino. Esto ayuda a explicar por qué las predicciones de que China está a punto de convertirse en el próximo centro mundial de talentos pueden ser prematuras.

Un país difícil para los extranjeros

Cuando la noticia de la visa se difundió por las redes sociales chinas, la reacción dominante no fue de celebración, sino de horror. A los comentaristas de alto perfil les preocupa que China se convierta en un país de inmigrantes, algo que, en su opinión, no es algo bueno. Los comentarios racistas y xenófobos proliferaron, particularmente sobre los indios, que constituyen una parte importante de la fuerza laboral de alta tecnología en Estados Unidos. Otros temieron que las visas empeoraran el desempleo juvenil ya récord en China.

China prácticamente no tiene antecedentes de migración interna. Los extranjeros provocan una variedad de reacciones, incluidas curiosidad y sospecha, influenciadas por las tensiones geopolíticas entre China y Occidente.

También existen desafíos prácticos. La capacidad de hablar mandarín es crucial para afrontar la vida cotidiana. Obtener visas y permisos de trabajo puede resultar difícil. Incluso las tareas rutinarias, como renovar un contrato de Wi-Fi en casa o comprar entradas para conciertos, pueden resultar más difíciles para las personas sin un documento de identidad chino. A las personas de otros países puede resultar difícil acostumbrarse a una fuerte censura en Internet y a un entorno político estrictamente regulado.

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