Para presentarse como un líder global alternativo a Estados Unidos, China insiste repetidamente en que practica un “principio de no interferencia”. Ese es el mensaje que predicó el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, cuando visitó el vecino Myanmar en agosto de 2024: a pesar del “caos y los conflictos” de la guerra civil del país, Beijing “se opone a cualquier interferencia en los asuntos internos de Myanmar por parte de potencias externas”, dijo.








