Si tiene gases, es mejor quedarse adentro, advierte un destacado médico.
Esto se debe a que si no dejas que uno se rompa, la cantidad de gas puede estirar los delicados tejidos del ano, provocando graves problemas digestivos.
Es más, según el cirujano del NHS, el Dr. Karan Rajan, puede tener consecuencias contraproducentes.
En un podcast reciente, el Dr. Rajan explicó que no dejar salir el gas del trasero puede terminar en la boca.
En otras palabras, se pueden liberar toxinas malolientes en el aliento.
“Un gas es un gas, es una sustancia química, es un montón de sustancias químicas”, dijo Rajon a los oyentes del podcast Modern Wisdom.
‘Y cuando sostienes una costilla, hay un porcentaje del vapor de esa costilla que pasará a través de la pared del colon, la pared intestinal y, finalmente, irá al torrente sanguíneo.
“Toda la sangre circula y finalmente llega a los pulmones, donde se excretan los productos de desecho”.
“Si lo sostienes, literalmente exhalarás una bocanada de humo”, añadió.
El video fue compartido en la página de Instagram de Salud Intestinal y Nutrición. @gutelivateLo que explica que los gases primarios en el intestino sean nitrógeno, oxígeno, dióxido de carbono, metano e hidrógeno.
Todos estos gases son absorbidos al torrente sanguíneo a través de la pared intestinal.
Una vez en el torrente sanguíneo, estos gases circulan hasta los pulmones, donde finalmente se exhalan al exhalar.
Este proceso se conoce como reabsorción pulmonar y puede provocar un ligero olor en el aliento.
Retener demasiado tiempo puede causar hinchazón y náuseas, y eventualmente el gas puede escapar a través de una caja torácica descontrolada.
También puede dañar sus intestinos.
La profesora Claire Collins de la Universidad de Newcastle ha descubierto que el aumento de la presión en el recto puede aumentar las posibilidades de desarrollar una afección dolorosa llamada diverticulitis.
Está escrito por el Catedrático de Nutrición y Dietética. la conversación Una afección que hace que se formen pequeños sacos en el revestimiento de los intestinos que se inflaman.
Los síntomas incluyen dolor que empeora después de vaciar los intestinos, estreñimiento, hinchazón y sangre en las heces.
Aunque la flatulencia es una función biológica normal, los eructos excesivos o particularmente malolientes pueden ser un signo de algo más grave, como una enfermedad inflamatoria intestinal o incluso cáncer de colon.
El mal aliento también puede ser un efecto secundario de ciertos medicamentos, como laxantes, estatinas, medicamentos antimicóticos e incluso antiinflamatorios como el ibuprofeno.
El NHS aconseja a las personas que consulten a su médico de cabecera si notan un cambio persistente en las flatulencias que les preocupa.
Pero si desea evitar los gases malolientes, el NHS recomienda comer comidas pequeñas, beber y masticar los alimentos lentamente, hacer ejercicio con regularidad y beber té de menta.