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Stephen Pollard: La liberación de los rehenes israelíes es un momento para celebrar, pero el conflicto de Gaza está lejos de terminar. Ahora Trump debe lidiar con el papel tóxico de Irán

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Nada explica mejor por qué el acuerdo de alto el fuego en Gaza es tan débil que la dolorosa escena de hoy.

Incluso al final de su cautiverio, tres rehenes israelíes liberados fueron obligados por Hamás a defenderse de una turba armada que aullaba mientras eran trasladados, aterrorizados, a furgonetas de la Cruz Roja.

Hay un hecho clave sobre el alto el fuego: no es un tratado de paz. Se trata de una pausa, durante la cual otros 30 de los rehenes restantes serán liberados en las próximas seis semanas. Dado que 91 de las aproximadamente 250 personas retenidas por Hamás el 7 de octubre de 2023 permanecen ahora en Gaza –y muchas de esas 91 ya no están vivas– todavía estamos lejos de la liberación total de los rehenes. .

Según el nuevo acuerdo, las conversaciones con los rehenes restantes comenzarán el 4 de febrero, tras un alto el fuego de 16 días.

Este será el quid de la cuestión. Israel debe aceptar retirar las tropas restantes y poner fin a la guerra a cambio de la liberación de los rehenes. Pero Israel no estará de acuerdo hasta que esté claro que Hamás ya no controlará Gaza. Así que no piensen ni por un momento que la liberación de rehenes de hoy significa que hay una resolución a la vista.

Se publica el primer vistazo a la británico-israelí Emily Damari Emily Damari

Británico-israelí Emily Damari Se publica el primer vistazo de Emily Damari

Damari fue secuestrada durante el ataque del 7 de octubre y mantenida como rehén durante 470 días.

Damari fue secuestrada durante el ataque del 7 de octubre y mantenida como rehén durante 470 días.

El objetivo principal de Israel es destruir a Hamás como una importante amenaza terrorista. Debe haber destruido su arsenal, así como también haber eliminado su liderazgo. Israel dice que ha matado al menos a 18.000 de sus terroristas, aunque la semana pasada el secretario de Estado estadounidense, Anthony Blinken, dijo que Hamás había reclutado la misma cantidad de nuevos combatientes.

Pero lo que realmente importa es si Hamás tiene dominio sobre Gaza y si su nuevo líder es capaz de repetir las masacres al estilo del 7 de octubre que prometió.

De modo que el foco de la discusión debería ser cómo y quién gobierna Gaza y –de manera crucial– el papel de Irán, que financia a Hamás.

No lea la propaganda de Hamás que dice que es extremadamente popular entre los habitantes de Gaza. En noviembre, por ejemplo, el profesor Salman al-Dayah, un respetado académico de la Sharia en la Universidad Islámica de Gaza, emitió una fatwa reprendiendo a Hamás por la masacre del 7 de octubre y su política de utilizar escudos humanos al estacionar combatientes en edificios civiles.

Garantizar que Israel mate a civiles palestinos en cualquier operación militar siempre ha sido una parte clave de la estrategia de Hamás, que el ex líder de Hamás, Yahya Sinwar, asesinado por Israel, describió como un “sacrificio necesario”.

Al-Dayah condenó a Hamás por “no mantener a los combatientes alejados de los hogares y refugios de civiles (palestinos) indefensos y proporcionar la mayor seguridad posible en diversas áreas de la vida”.

Obviamente, realizar encuestas confiables en Gaza no es fácil, pero una encuesta realizada el mes pasado por el Mundo Árabe para la Investigación y el Desarrollo encontró que sólo el 16 por ciento de los habitantes de Gaza dijeron que votarían por Hamas en una elección parlamentaria palestina.

Doron Steinbrecher fue secuestrado en su apartamento en el Kibbutz Kafar Aja, cerca de la frontera noroeste con Gaza.

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Romi Gonen ha sido retirada del Nova Music Festival

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Con diferencia, la opción más popular es un gobierno de unidad nacional en el que participen islamistas, tecnócratas y partidos que, a diferencia de Hamás, buscan una solución de dos Estados.

Una posibilidad ampliamente planteada es que Estados árabes como los Emiratos Árabes Unidos e incluso Qatar, que han apoyado a Hamás albergando su sede y su liderazgo y ayudado en el alto el fuego, puedan involucrarse tanto en la administración como en la reconstrucción de Gaza.

Pero por ahora todo está en el cielo. ¿Por qué una nación gastaría miles de millones en Gaza cuando el ciclo normal podría reanudarse e Israel podría verse obligado a emprender nuevamente acciones militares para defenderse contra el terror de Hamás?

Lo que nos lleva a Irán. La realidad es que si el régimen iraní es capaz de financiar y manipular a sus representantes –Hamás, Hezbolá en el Líbano y los hutíes en Yemen– no es posible ningún progreso real. Tratar con Irán es un requisito previo, no sólo para Gaza, sino para todo el Medio Oriente.

El regreso de Donald Trump es importante en este contexto. Tiene préstamos bancarios con los estados del Golfo que lograron los históricos Acuerdos de Abraham en su primer mandato. Llevó a los sauditas al borde de un acuerdo con Israel.

Y no sólo comprende el papel tóxico de Irán, sino que está dispuesto a utilizar el poder estadounidense para contrarrestarlo, como lo demostró en su primer mandato cuando descartó el débil acuerdo nuclear de Barack Obama con Teherán y volvió a imponer severas sanciones a sus mulás.

Hay sugerencias de que presionó a Israel para que aceptara el alto el fuego prometiendo que a cambio atacaría o incluso provocaría a Irán.

La liberación de los rehenes de hoy fue un momento maravilloso para sus familias. Pero no podemos ser ciegamente optimistas de que este sea el fin del conflicto.

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