No hay nada como el chillido de risa que emites cuando te hacen cosquillas.
Ahora, los expertos han confirmado que los chillidos inducidos por cosquillas son claramente diferentes de otros tipos de risa.
Durante la prueba de escucha, se pidió a unas 200 personas que identificaran el tipo de risa.
Estos incluyen risas que provocan cosquillas, risas ante chistes, risas ante algo divertido y carcajadas ante accidentes divertidos.
Los resultados revelaron que las personas eran capaces de detectar la risa inducida por cosquillas con aproximadamente un 60 por ciento de precisión.
Una segunda prueba de escucha y un análisis de inteligencia artificial de 887 clips de YouTube mostraron que la risa con cosquillas exhibía menos control vocal que otros tipos.
Los participantes calificaron las sonrisas de cosquillas como más involuntarias.
Investigadores de la Universidad de Ámsterdam dicen que su estudio destaca las cosquillas como un comportamiento de juego antiguo evolutivo.

No hay nada como el chillido de risa que emites cuando te hacen cosquillas. Ahora, los expertos han confirmado que los chillidos inducidos por cosquillas suenan reconociblemente diferentes de otros tipos de risas (imagen de archivo).

Durante la prueba de escucha, se pidió a unas 200 personas que identificaran el tipo de sonrisa (imagen de archivo)
El equipo escribió en la revista Biology Letters: “La risa tiene profundas raíces evolutivas: muchos mamíferos, incluidos chimpancés, monos ardilla y perros, producen sonidos parecidos a la risa durante el juego.
«En los seres humanos, la risa es uno de nuestros primeros comportamientos sociales complejos: los bebés humanos empiezan a sonreír a las pocas semanas de nacer.
‘La risa es omnipresente en la vida humana, pero sus causas y cómo suena son muy variables.
“En una prueba auditiva, los participantes pudieron identificar correctamente la risa inducida por cosquillas, lo que demuestra que dicha risa no sólo es acústica sino también perceptualmente distinta”.
Afirman que se observa una mayor excitación en la risa inducida por cosquillas, con menos control vocal, lo que sugiere que es una “respuesta autónoma” al acto de hacer cosquillas.
Investigaciones anteriores sugieren que sonreír puede ser un mecanismo de protección cuando se trata de hacer cosquillas en nuestras áreas sensibles: en los brazos, cerca de la garganta y debajo de los pies.
Los biólogos y neurocientíficos evolucionistas creen que nos reímos cuando nos hacen cosquillas porque la parte del cerebro que nos dice que sonríamos cuando sentimos un ligero toque, el hipotálamo, es también la misma parte que nos dice que esperemos una sensación dolorosa.
Los estudios sugieren que evolucionamos para sonreír para mostrar nuestra sumisión a un agresor, para calmar una situación tensa y evitar que nos lastimen.