Un camión cisterna de combustible con destino a Singapur perdió contacto con sus operadores en el Estrecho de Ormuz el viernes por la mañana, lo que generó preocupaciones de que Irán lo hubiera confiscado.
Las autoridades marítimas británicas dijeron que el barco, que enarbolaba la bandera de las Islas Marshall, fue visto por última vez “en tránsito hacia las aguas territoriales de Irán” y “se cree que el incidente es una actividad estatal”. No especificó quién o qué pudo haber estado detrás del desvío del petrolero a Irán.
Horas más tarde, el canal Telegram vinculado al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán dijo que la marina del país dijo que un barco con bandera de las Islas Marshall en ruta de Dubai a Singapur había entrado en aguas iraníes. Los funcionarios iraníes no han comentado públicamente sobre el petrolero.
El Comando Central de Estados Unidos, que supervisa las tropas en Medio Oriente, Asia Central y partes del Sur de Asia, dijo en un comunicado el viernes que estaba “consciente del incidente” y “vigilaba activamente la situación”. Añadió que “los buques mercantes tienen esencialmente derecho a un derecho de navegación ilimitado”, pero no dijo si algún actor estatal había detenido al petrolero.
Según los registros de tráfico marítimo, el barco Talara mide unos 750 pies de largo y 105 pies de ancho. Estaba de camino desde los Emiratos Árabes Unidos cuando perdió contacto el viernes por la mañana.
El petrolero es operado por Columbia Ship Management, una empresa marítima con sede en Chipre. Los responsables del barco dijeron que habían “notificado a las autoridades pertinentes” y que estaban trabajando para “restablecer la comunicación con el buque”, que transportaba un cargamento. Gasóleo con alto contenido de azufreque se utiliza principalmente como combustible para embarcaciones marinas.
Irán se ha apoderado periódicamente de buques cisterna que transitan por el Golfo Pérsico, pero ha pasado más de un año desde que el país se apoderó de un buque en el Estrecho de Ormuz. En el pasado, Irán ha impuesto sanciones a los barcos por diversas razones: tomar represalias después de apoderarse de uno de sus propios petroleros, petroleros que invaden aguas iraníes o acusar a los barcos de transportar petróleo de contrabando.
Irán ha amenazado durante mucho tiempo con cerrar el Estrecho de Ormuz, una estrecha vía fluvial de 90 millas entre el Golfo Pérsico y el Golfo de Omán que es una ruta marítima vital a nivel mundial. Una cuarta parte del petróleo del mundo y el 20 por ciento del gas natural licuado del mundo pasan por el corredor, lo que se ha convertido en una fuente de tensión geopolítica.
Irán está cada vez más aislado del mundo y enfrenta una grave escasez de agua y electricidad junto con un déficit presupuestario asombroso. Su red de milicias regionales proxy ha quedado gravemente debilitada y, en junio, la cadena de mando militar del país quedó destruida en una guerra contra Israel a la que Estados Unidos se unió bombardeando las instalaciones nucleares de Irán.
Irán también se ha visto asfixiado por nuevas sanciones de la ONU por no reducir su programa nuclear.
Farnaz Fasihi Informes de contribución.











