Después de almorzar con el presidente Trump en la Casa Blanca la semana pasada, intercambiar obsequios y cumplidos y defender miles de millones de dólares en promesas de Estados Unidos, el presidente de Argentina, Javier Maile, regresó a casa con sus electores.
Vestido con una chaqueta de cuero y sosteniendo un megáfono en la parte trasera de una camioneta, Miley, un economista autodenominado anarcocapitalista y ex experto agitador, cabalgaba entre la multitud de estudiantes, agricultores y jubilados. El domingo les pidió que lo apoyaran en una crucial elección de mitad de período para la asamblea, su prueba más dura hasta el momento.
“Les pido que nos apoyen”, dijo Milli a una audiencia vestida con camisetas de fútbol de Lionel Messi y gorras rojas del MAGA el martes en Córdoba, la segunda ciudad más grande del país. “Estamos en un momento crucial de la historia de Argentina”.
Después de que Trump respaldó a su aliado de ideas afines, Milli, y advirtió que el salvavidas de 20 mil millones de dólares que prometió a Argentina depende del resultado de la votación.
Los economistas y los mercados financieros lo han culpado de intentar reactivar una economía crónicamente inestable. También visto como una prueba de la valentía de Milly.
Sin embargo, a pesar de toda la atención internacional sobre las elecciones, el veredicto final recae en los votantes argentinos, que tienen su primera oportunidad de calificar a Miley desde que fue elegido presidente en 2023.
Gracias por su paciencia mientras verificamos el acceso. Si está en modo lector, salga e inicie sesión en su cuenta del Times o suscríbase a todo el Times.
Gracias por su paciencia mientras verificamos el acceso.
¿Ya eres cliente? Acceso.
¿Quieres todos los tiempos? Afiliación.









