Según uno de ellos, las naciones deberían comenzar a probar y regular las sustancias químicas y los productos químicos tan estrechamente como los sistemas actuales que protegen los medicamentos recetados o corren el riesgo de aumentar las tasas de enfermedades crónicas en los niños. Revista de medicina de Nueva Inglaterra Un informe elaborado por un grupo de expertos que escriben como Consorcio para la Salud Ambiental Infantil.
Los inventarios químicos mundiales contienen aproximadamente 350.000 productos, como productos químicos manufacturados, compuestos químicos y plásticos. A pesar de los riesgos de la contaminación ambiental y la exposición humana, la producción de plásticos y químicos sintéticos está sujeta a restricciones legales o políticas insuficientes.
Este vacío regulatorio debe ser reemplazado con nuevas leyes que prioricen la protección de la salud sobre la producción desenfrenada de químicos y plásticos, según los coautores, incluido el epidemiólogo del Boston College, Philip Landrigan, MD; los académicos en derecho ambiental incluyen a David Worth, el biólogo Thomas Chiles y El epidemiólogo Kurt Streiff.
Según las nuevas normas, los productos químicos no deben considerarse inofensivos a menos que se demuestre que causan daños a la salud, dijeron los autores. “En cambio, se debe permitir que las sustancias químicas y los productos basados en sustancias químicas entren en los mercados y permanezcan en ellos sólo si sus fabricantes pueden demostrar mediante pruebas rigurosas e independientes previas a la comercialización que cumplen con los niveles esperados de exposición, pero que no son tóxicos para la exposición”.
Además, los autores afirman que los fabricantes y marcas de productos químicos que comercializan productos químicos deben monitorear sus productos después de su lanzamiento al mercado de la misma manera que se monitorean los medicamentos recetados para evaluar cualquier efecto adverso para la salud a largo plazo.
El Llamado a la Acción es el resultado de un proyecto de dos años realizado por un grupo de los científicos independientes más confiables del mundo de 17 instituciones científicas de alto perfil en los EE. UU. y Europa. El informe fue desarrollado para permitir un enfoque integrado para reducir los crecientes niveles de enfermedades crónicas que afectan a los niños en todo el mundo.
Los autores señalan que las enfermedades no transmisibles (ENT) son las principales causas de morbilidad y mortalidad en los niños en la actualidad. Su incidencia y prevalencia están aumentando. Nuevas investigaciones vinculan varias ENT en niños con productos químicos sintéticos manufacturados.
En el último medio siglo, las ENT en niños han aumentado rápidamente:
- La incidencia del cáncer infantil ha aumentado un 35%.
- La frecuencia de defectos congénitos reproductivos masculinos se ha duplicado.
- Los trastornos del desarrollo neurológico afectan actualmente a uno de cada seis niños, y a uno de cada 36 niños se le diagnostica un trastorno del espectro autista.
- La prevalencia del asma pediátrica se ha triplicado.
- La prevalencia de la obesidad infantil casi se ha cuadriplicado y la diabetes tipo 2 ha aumentado marcadamente en niños y adolescentes.
- Ciertos productos químicos han provocado una caída del coeficiente intelectual y, por tanto, enormes pérdidas económicas.
La mayoría de los productos químicos sintéticos y productos relacionados se producen a partir de combustibles fósiles: gas, petróleo y carbón. La producción se ha multiplicado por 50 desde 1950 y se prevé que se triplique nuevamente para 2050. La contaminación ambiental y la exposición humana están muy extendidas.
Sin embargo, la producción de plásticos y productos químicos sintéticos está sujeta a pocas restricciones legales o políticas. A diferencia de los productos farmacéuticos, los productos químicos sintéticos se comercializan con poca evaluación previa de sus efectos sobre la salud y casi sin seguimiento posterior a la comercialización para detectar efectos adversos a largo plazo para la salud.
Se han realizado pruebas de toxicidad en menos del 20 por ciento de estos productos químicos, y menos aún en cuanto a efectos tóxicos en bebés y niños. Se siguen descubriendo con alarmante frecuencia asociaciones entre sustancias químicas ampliamente utilizadas y enfermedades en los niños, y es probable que existan vínculos adicionales, aún desconocidos.
Los coautores escriben que proteger a los niños de los peligros de los productos químicos requerirá una reforma fundamental de la ley actual y la reestructuración de la industria química.
Proteger la salud de los niños contra los productos químicos sintéticos manufacturados requerirá un cambio fundamental en la ley química que adopte un enfoque más precautorio y priorice la protección de la salud sobre la producción irrestricta de plásticos y productos químicos sintéticos, específicamente:
- Las nuevas leyes exigen que se realicen pruebas de seguridad y toxicidad de los productos químicos antes de que se les permita ingresar a los mercados.
- Huella Química Esencial, que funciona como su prima más conocida, la Huella de Carbono.
- Los productos químicos más seguros producen un conjunto diverso de moléculas y procesos de fabricación más seguros y sostenibles, lo que reduce la dependencia de materias primas de carbono fósil.
- Reformas de políticas, un nuevo modelo legal para la gestión de productos químicos a nivel nacional y un nuevo tratado global sobre productos químicos
“La contaminación por productos químicos sintéticos y plásticos es uno de los grandes desafíos planetarios de nuestro tiempo”, dijo el autor principal Landrigan, director del Observatorio de Salud Planetaria del Boston College. “Está empeorando. La producción continua y desenfrenada de productos químicos basados en carbono fósil está poniendo en riesgo a los niños del mundo y a la capacidad de la humanidad para regenerarse”.