
Los últimos hallazgos revelan que la visita de la Voyager 2 coincidió con una intensa actividad solar
El planeta Urano y sus cinco lunas más grandes no son lo frío y sin vida que alguna vez creyeron los científicos de la Tierra. En cambio, pueden tener el potencial de sustentar océanos ocultos e incluso vida, según una nueva investigación.
La mayor parte de nuestro conocimiento sobre Urano proviene de la misión Voyager 2 de la NASA, que lo visitó hace casi 40 años. Sin embargo, un análisis reciente revela que el encuentro de la Voyager se produjo durante una intensa tormenta solar, lo que podría distorsionar nuestra comprensión del sistema uraniano. bbc Informe
Urano, un planeta redondo y helado en el borde del Sistema Solar, es uno de los planetas más fríos e inusuales debido a su extrema inclinación, lo que lo hace parecer como si hubiera estado inclinado.
Los últimos hallazgos revelan que la visita de la Voyager 2 coincidió con una intensa actividad solar, que interrumpió temporalmente el campo magnético del planeta y agitó material atmosférico. Durante décadas, esto llevó a los científicos a considerar que Urano y sus lunas eran posiblemente incorrectos, explica el Dr. William Dunn del University College London.
“Estos resultados sugieren que el sistema uraniano puede ser mucho más curioso de lo que pensábamos”, afirmó el Dr. Dunn. “Podría haber lunas con condiciones que podrían sustentar la vida, posiblemente ocultando océanos debajo de su superficie”.
Linda Spilker, una joven científica que formaba parte del equipo de la Voyager cuando llegaron los datos de Urano, ahora se desempeña como científica del proyecto de la misión Voyager. Expresó entusiasmo por los nuevos hallazgos que se están publicando. Naturaleza Astronomía. “Es emocionante pensar que la vida es posible en el sistema de Urano”, dijo a la BBC News. Y añadió: “Es sorprendente que los científicos todavía estén descubriendo nuevos conocimientos a partir de los datos recopilados en 1986”.
La Dra. Aphelia Wibisono, del Instituto de Estudios Avanzados de Dublín, que no participó en la investigación, describió los hallazgos como “muy emocionantes” y destacó la importancia de reexaminar datos antiguos, ya que en ellos pueden esconderse nuevos descubrimientos.
La NASA ya está planeando una misión de regreso a Urano, el Uranus Orbiter and Probe, que se espera que se lance en la próxima década. El Dr. Jamie Jasinski de la NASA, quien dirigió el reanálisis de los datos de la Voyager, señaló que los conocimientos de investigaciones recientes darán forma al diseño y los instrumentos de esta próxima misión para que pueda capturar con precisión datos que no se vean afectados por la interferencia solar.
Se espera que la sonda de la NASA llegue a Urano en 2045, cuando los científicos esperan determinar si estas lunas distantes y heladas realmente podrían albergar vida.