FPocos líderes mundiales comprenden la alianza de la OTAN tan profundamente como el presidente checo Peter Pavel. General retirado del ejército y veterano de la inteligencia militar, sirvió como uno de los altos funcionarios de la OTAN antes de ganar el puesto más alto de su país el año pasado. Su voz dentro de la coalición ha sido muy audaz al ayudar a Ucrania, derrotar a Rusia y fortalecer la fuerza militar de Europa. Por eso su mensaje suena especialmente aleccionador antes de la cumbre de la OTAN de esta semana: modere sus expectativas de una guerra en Ucrania.
“Obviamente, el objetivo final es el restablecimiento total de la integridad territorial y la soberanía de Ucrania, incluida Crimea”, dice Pavel a TIME en una entrevista exclusiva antes de una reunión de líderes de la OTAN, que será organizada por el presidente estadounidense Joe Biden en Washington el 9 de julio. . 11. “Pero todos entendemos que no es una tarea fácil. No sucederá pronto”, afirmó.
Utilizó una analogía histórica para explicar dónde estarán las líneas del frente en Ucrania en los próximos años, comparándolas con las fronteras en disputa que dividieron a Europa durante la Guerra Fría. Durante décadas, la Unión Soviética controló las tierras que había ocupado en la Segunda Guerra Mundial, incluidos los estados bálticos y Alemania Oriental. Occidente ha seguido condenando estas agresiones y presionando al Kremlin para que les ponga fin. Sin embargo, el status quo se mantuvo y Moscú mantuvo el control de estos países hasta la caída de la Unión Soviética en 1991.
El presidente Pavel pintó el mismo escenario esperado para las zonas ocupadas del sur y el este de Ucrania. “Nunca debemos aceptar que estos territorios sean parte de Rusia”, afirmó. “Siempre deberíamos llamarlos territorios ocupados temporalmente”. Pero eso no significa que Ucrania o sus partidarios en la OTAN vayan a poner fin pronto a esa ocupación: “El retorno de la plena soberanía y la integridad territorial no es un objetivo a corto plazo”.
La respuesta de la coalición a la guerra se lo ha dejado claro a Pavel durante los últimos dos años. Aunque el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, solicitó armas para detener el avance ruso, Occidente no se las proporcionó rápidamente. Estados Unidos y Europa no pudieron producir suficientes proyectiles de artillería para igualar la industria militar rusa. En respuesta, el presidente Pavel anunció en febrero un plan para comprar armas de la era soviética muy necesarias para Ucrania. Él y su gobierno negociaron acuerdos sabiamente, ya que la mayoría de los vendedores no querían enemistarse con Rusia armando a Ucrania. “Esta iniciativa comenzó cuando comprendimos que no podemos abastecer a Ucrania con nuestros recursos”, dice.
El objetivo era encontrar un millón de bombas procedentes de traficantes de armas de todo el mundo, y varios miembros de la OTAN pagaron por ellas. Primera exportación Llegó el mes pasadoPavel demuestra lo que la alianza puede lograr si muestra “resolución y flexibilidad”.
Sin embargo, la munición extra no cambia la mecánica general de la batalla. Los combates en el sur y el este de Ucrania han estado prácticamente estancados desde el otoño pasado, sin que ninguno de los bandos haya podido capturar grandes extensiones de territorio. En los próximos meses, Ucrania quiere organizar una cumbre de paz en la que se invitará a los rusos a discutir una solución. La retórica de ambas partes deja poco margen para el compromiso. Vladimir Putin emitió un ultimátum el mes pasado, exigiendo que Ucrania abandone sus planes de unirse a la OTAN y entregue una quinta parte de su territorio. Zelensky, por su parte, se negó a intercambiar tierras por paz, insistiendo en que Rusia retirara sus fuerzas de todos los territorios ocupados.
Una vez finalizadas las conversaciones, Pavel espera que ambas partes sigan presionando para obtener ventajas en el campo de batalla. Ambos parecen pasar el tiempo. Los rusos han logrado poner su economía en condiciones de guerra. “Pero también existen algunas limitaciones”, dice sobre las fuerzas rusas. “Todas las reservas se agotarán a más tardar en un año. Y eso los pondrá en una situación muy difícil”.
Al aumentar el apoyo a Ucrania este verano y otoño, Estados Unidos y sus aliados europeos podrían darle a Zelensky la oportunidad de negociar con Putin desde una posición de fuerza. Pero eso requeriría unidad y determinación dentro de la OTAN, y Pavel notó la falta de ambas. Algunos aliados siguen insistiendo en que las preocupaciones de seguridad de Rusia constituyen la base de las negociaciones. Otros se resistieron a los llamados a seguir armando a Ucrania para ganar la guerra. Como resultado, dice Pavel, los rusos “no tienen ninguna presión para sentarse a la mesa ahora”.
Una reunión de líderes de la OTAN esta semana brindará otra oportunidad para cambiar eso. Pero ni siquiera en este caso Pavel espera un gran avance. “Ucrania no será invitada a convertirse en miembro de Washington”, afirma. “Eso será comprensible para todos. Pero los ucranianos tendrán la seguridad de que el proceso es irreversible: hay un camino claro hacia la membresía”.
Completar ese camino, si sucede, podría llevar años. Mientras tanto, Ucrania planea alcanzar acuerdos de defensa con tantos miembros de la OTAN como sea posible, con la esperanza de comprometerse a ayudar a Ucrania en el largo plazo. Powell dice que estos acuerdos no pueden sustituir el Artículo Cinco del tratado fundacional de la OTAN, que exige que todos los miembros se defiendan entre sí en caso de un ataque. “No podemos ni queremos ofrecer una alternativa al Quinto Circuito o a la OTAN”, afirma. Estos acuerdos bilaterales con Ucrania sirven como promesas de apoyo. “Ucrania estará en condiciones de evaluar en qué puede confiar y de quién”.