El gobierno de Ruanda ha rechazado sugerencias de que podría reembolsar parte de los 290 millones de libras esterlinas que prometió en un acuerdo de deportación de inmigrantes ahora desbaratado con Gran Bretaña.
La administración del país africano insistió en que “apoya plenamente” el acuerdo, “incluido el aspecto financiero”.
En uno de sus primeros actos como primer ministro, Sir Keir Starmer calificó el acuerdo del Reino Unido con Kigali como “muerto y enterrado” y confirmó que estaba desechando el plan conservador.
Esto fue a pesar de que el líder conservador Rishi Sunak señaló señales de que el plan de Ruanda ya estaba actuando como un elemento disuasivo.
Se especuló que el nuevo gobierno laborista podría intentar recuperar algunos de los millones de libras en efectivo de los contribuyentes ya destinados a Kigali.
Pero el gobierno ruandés ha descartado ahora cualquier retorno, aunque ningún migrante ha sido enviado de regreso a África desde el Reino Unido bajo este plan.

En uno de sus primeros actos como primer ministro, Sir Keir Starmer calificó el acuerdo del Reino Unido con Kigali como “muerto y enterrado” y confirmó que estaba desechando el plan conservador.

El exsecretario del Interior, James Cleverley, fotografiado con el ministro de Asuntos Exteriores de Ruanda, Vincent Biruta, en diciembre del año pasado.

La predecesora conservadora de Cleverley, Suella Braverman, visitó un proyecto de desarrollo de viviendas para inmigrantes en Kigali en marzo del año pasado.
Un portavoz dijo: ‘Ruanda toma nota de la intención del gobierno del Reino Unido de cancelar el Acuerdo de Asociación de Migración y Desarrollo Económico, según lo previsto en los términos del acuerdo aprobado por nuestros dos parlamentos.
‘Esta asociación fue lanzada por el Gobierno del Reino Unido para abordar la crisis de migración irregular que afecta al Reino Unido: un problema del Reino Unido, no de Ruanda.
“Ruanda ha apoyado plenamente a las partes del acuerdo, incluidos los asuntos financieros, y está comprometida a encontrar soluciones a la crisis migratoria global, incluida la provisión de seguridad, dignidad y oportunidades para los refugiados y migrantes que llegan a nuestro país”.
Los laboristas se comprometieron a cancelar el plan de Ruanda en su manifiesto ganador de las elecciones generales, mientras que los conservadores prometieron “vuelos regulares todos los meses” al país africano en su propia propuesta electoral.
A principios de este año, Sunak dijo que los inmigrantes que viajaban a Irlanda después de llegar al Reino Unido en pequeñas embarcaciones era una señal de que el proyecto de Ruanda ya estaba actuando como un elemento disuasorio.
Su gobierno se negó a decir cuánto más -además de los 290 millones de libras ya prometidos- el Reino Unido había acordado pagar a Ruanda como parte del acuerdo.
Yvette Cooper, la nueva ministra del Interior, indicó ayer que el Partido Laborista recuperaría parte del efectivo de los contribuyentes que ya se ha gastado en el plan.
Le dijo a la radio LBC: “Estamos auditando todo el plan… claramente salió completamente mal”.